Mover el cuerpo con esa música, es permitir que se llene de alegría, es dejar
que las células se llenen de vida, que dancen y que sonrían, es poner en marcha
una fábrica de ricas vitaminas que nutren el alma… es llenarse de algo muy
hermoso, es tocar la felicidad con la yema de los dedos y dejar que penetre
hasta el último rincón del cuerpo.
Es ¡tan bonito! Y lo tenemos tan a mano que ¡no podemos
dejarlo pasar!
Danza, danza… para llenarte de alegría.
Pon la música bien fuerte y danza con estos niños… ¡ellos
están deseando!
Yo voy a ello ahora mismo.
Marian J
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