lunes, 17 de marzo de 2014

Trabajar duro...





He leído esta frase y ha resonado dentro de mí de forma especial, quizá sea porque se lo que es trabajar duro y quizás porque se lo que es trabajar duro por algo que no me interesa y lo que es trabajar duro por algo que amo.
Quizás por eso se bien que es muy diferente… MUY DIFERENTE, os lo aseguro J
Y es que  la vida viene a cuento…
Os dejo aquí dos cuentos de esos que leo y que me llegan dentro:





¿La misma tarea?
Tres albañiles estaban desempeñando la misma tarea, cuando un hombre que desde hacía rato los observaba, se acercó a ellos.
El hombre le preguntó al primer albañil: -¿Qué está usted haciendo?
A lo que el albañil respondió:
-¿Acaso no lo ve? ¡Estoy apilando ladrillos!
Y continuó con su trabajo, después de hacer un gesto molesto, debido a que consideraba que el hombre le había hecho una pregunta tonta y de respuesta obvia.
El hombre repitió la misma pregunta al segundo albañil. La respuesta no se hizo esperar:
-¿No ve que estoy levantando una pared?
El hombre, perseverante, volvió a formular la pregunta al tercer albañil quien también respondió al particular interrogatorio con una amplia sonrisa llena de orgullo, diciendo:
-¡Estoy construyendo el hospital infantil del pueblo!
Poner el corazón
A un albañil, ya mayor, le llegó el momento de su jubilación. Así que fue a ver a su jefe con el que había trabajado durante muchos años, y le comentó sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y poder disfrutar de su familia y su jubilación.
El jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y así se lo dijo pidiéndole, como favor personal, que construyera una última casa. El albañil accedió, pero su mente y su corazón ya no estaban allí, así que utilizaba materiales de inferior calidad, no estaba atento a lo que hacía y su trabajo dejaba mucho que desear. Era una desafortunada forma de acabar su carrera.
Cuando el albañil finalmente acabó la construcción, su jefe fue a inspeccionar la casa, y al finalizar la visita, cogió las llaves de la puerta principal y las tendió al albañil:
-Tu última casa... este es mi regalo para ti.
¡Qué importante amar lo que uno hace…! así todo cambia…

Marian

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