El te-chai,
originario de la India, nació en el siglo XIX, cuando los ingleses quisieron plantar té, en su colonia,
para evitar el monopolio de este producto por parte de la china. El especial
gusto de los indios por los alimentos bien condimentados, hizo que la gente
empezase a añadirle las especias típicas de la zona donde vivían.
Lo normal es
que cada uno varíe tanto las especias como la proporción con respecto al
líquido, en función de sus gustos personales, de igual forma se varia el tipo
de té (verde o negro), si le añade o no leche o la forma de endulzarlo (azúcar
blanco o moreno, miel de abeja o de caña, edulcorante, etc.).
Por tanto
podemos decir que el té chai es un
té verde o negro, que se prepara aromatizado con especias como por ejemplo, canela, clavo,
jengibre, cardamomo, nuez moscada y vainilla, entre otros. De hecho, gracias a
ellas este té consigue además de sabor, una serie de propiedades medicinales
extras, se considera que es digestivo, anti-inflamatorio, anti-oxidante y
proporciona beneficios para quien tenga problemas cardiovasculares y
respiratorios.
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